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Mejor de lo previsto

La economía de EEUU creció a un ritmo anual del 1,7% entre abril y julio, según la última estimación publicada hoy por el Departamento de Comercio. El dato definitivo mejora en una décima a la primera revisión y supera las previsiones de los analistas, que anticipaban que el PIB repuntó un 1,6%. Este 1,7%, pese a todo, confirma la ralentización de la primera economía mundial. En los tres primeros meses del año creció a un ritmo, también en tasa anualizada, del 3,7%, y en el último trimestre de 2009 se aceleró al 5%.

El informe de hoy mostró que el gasto de los consumidores, que representa dos terceras partes de la economía, creció a un ritmo del 2,2% en el último trimestre, el más rápido desde los tres primeros meses de 1007 y superior al 2% que estimó el Gobierno el mes pasado. El consumo ha añadido 1,54 puntos porcentuales al dato del PIB.

Además del gasto de los consumidores, el incremento del PIB real en el segundo trimestre refleja las aportaciones positivas procedentes de las inversiones fijas no residenciales, las exportaciones, las inversiones en inventarios por parte de las empresas y el gasto del Gobierno federal.

El otro dato macro más esperado de la jornada también superó los pronósticos del mercado. Las peticiones de subsidio por desempleo en EEUU durante la semana que concluyó el pasado 25 de septiembre alcanzaron las 453.000 solicitudes, cifra similar a las registradas a principios de 2010 y que supone un descenso de 16.000 peticiones sobre la semana anterior, cuando la cifra revisada se situó en las 469.000 peticiones, según los datos publicados por el Departamento de Empleo de EEUU.

La media móvil de las cuatro últimas semanas alcanzó las 458.000 peticiones de subsidio
Además, el dato publicado hoy ha mejorado las previsiones que anticipaban los expertos, que apuntaban a un descenso hasta las 460.000 solicitudes. La cifra se redujo finalmente a 453.000.

El conjunto de los mercados se anima con el buen tono que han deparado los dos datos macro clave de la jornada. Sin embargo, la pérdida de 8,4 millones de empleos causada por la recesión, que terminó en junio de 2009, ha hecho mella en la confianza del consumidor y el gasto. El mercado de la vivienda todavía muestra un crecimiento débil debido a la ausencia del crédito fiscal del Gobierno para los compradores.

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