Internacional

Los especuladores reabren el frente bancario para atacar al euro

Los especuladores financieros internacionales aspiran todavía a tumbar el euro. Y para conseguirlo utilizarán todo lo que tienen a su alcance, no sólo las dudas sobre la capacidad de pago de algunos países de la Eurozona que afecta a la cotización de su deuda soberana en los mercados secundarios. También, entre otros posibles frentes, la debilidad manifiesta de los sectores bancarios de algunos grandes estados, como el alemán, por ejemplo.

Según algunos gestores de ‘hedge funds’ consultados por EL BOLETIN, las renovadas dudas sobre los sistemas financieros europeos van a suponer un aumento de las presión que los mercados ejercen sobre Alemania, Francia y el Reino Unido que, según los datos publicados recientemente por el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), son los mayores tenedores de deuda periférica europea. No sólo eso, sus propios problemas internos también sirven para animar la ofensiva. Porque el problema de credibilidad que la banca irlandesa lanzó sobre las pruebas de resistencia de la banca europea no sólo proyecto dudas sobre las cajas de ahorro españolas.

“Esta es una nueva fuente de estrés para el euro”, apunta Eva Szalay en una columna publicada por la agencia Dow Jones. Szalay argumenta que los especuladores podrían estar tomando posiciones en esta nueva trinchera ante las medidas que se prevén para tratar de vencer de una vez por todas la crisis de los bonos soberanos. A finales de marzo está previsto que se anuncie públicamente el nuevo mecanismo con el que operará el Fondo de Rescate Europeo (EFSF, por sus siglas en inglés), y que según fuentes de los hedge funds consultadas por EL BOLETÍN, de funcionar bien podría suponer el principio del fin de la complicada situación que atraviesan los papeles soberanos del Viejo Continente.

En las últimas semanas han comenzado a surgir las primeras alarmas. Uno de los casos que las ha podido encender ha sido el del West LB, una caja regional alemana de suma importancia para las pequeñas y medianas empresas del motor económico de la zona del euro. Tras recibir dos importantes inyecciones de liquidez desde el año 2008, el pasado martes los directivos de este banco, apoyados por las autoridades del país, anunciaron en Bruselas que dividirían la institución financiera en partes para facilitar su venta. Ya hay varios fondos de capital riesgo estadounidense, como Apollo Management, interesados en esta compra.

Sin salir de Alemania se encuentra otro caso polémico. En este caso se trata del Commerzbank, el segundo banco del país por activos, que la semana pasada sufrió un revés judicial cuando un tribunal de Francfort dio la razón a un hedge fund de Nueva York -el QVT- que se había querellado contra el gigante financiero por unas hipotecas tóxicas que, supuestamente, no habían sido abonadas. La Justicia germana falló a favor de los especuladores y el banco teutón se vio obligado a pagar 20.000 euros. A pesar de esta modesta cantidad, el temor del sector es que esta sentencia haya podido abrir un camino para que decenas de fondos de alto riesgo decidan lanzar acusaciones similares.

Poco después de conocerse la noticia, la agencia de calificación estadounidense Moody’s decidió poner en revisión negativa varias calificaciones que afectan a negocios del Commerzbank.

Los bancos franceses también han registrado ciertos problemas recientemente. El BNP Paribas, una de las grandes entidades galas, registró ganancias en el cuarto trimestre de 2010 por valor de 1.550 millones de euros. Esta cifra quedó lejos de las que estaban previstas inicialmente: 1.730 millones de euros. Los expertos apuntan a la importante participación en la aseguradora AXA para explicar lo que muchos inversores calificaron de decepción.

Además, a pesar de los rumores que apuntaban a dos bancos irlandeses, el Anglo Irish Bank y el Irish Nationwide Building Society, como las entidades que recurrieron a los préstamos de emergencia del BCE la semana pasada, los inversores parecen no creerse esta versión y se huelen que puede haber gato encerrado en esta explicación.

Por eso hoy en los mercados bursátiles no se palpaba el optimismo. Las caídas del sector, que eran lideradas por las entidades italianas, que se han visto gravemente perjudicadas por la crisis política que atraviesa en estos momentos Libia, englobaban también a las entidades de los países más fuertes en términos económicos.

Así, Unicrédito perdía poco antes del cierre de sesión un 3,68% en el índice EuroStoxx, mientras que Intesa San Paolo caía un 3,08%. Las instituciones financieras galas registraban pérdidas más moderadas, de 0,36% el BNP Paribas, un 0,61% Credit Agricole y un 1,35% Société Générale. El Deutsche Bank, el banco alemán más grande por activos y una de las entidades más influyentes del globo, caía un 1,84%. En España el Banco Santander y el BBVA rozaban el 2% en sus respectivas caídas dentro de este índice.

En cualquier caso, y como era de esperar, el sector bancario de los países periféricos también se encuentra en el punto de mira. Tras el Real Decreto aprobado el pasado viernes para otorgar a las cajas de ahorro españolas más tiempo de preparación a la hora de salir a los mercados, varios inversores internacionales consultados por este medio alegaron que el Gobierno central perdía credibilidad al ceder ante las presiones de la política regional española. Y advirtieron que los bancos griegos, poco antes de darse el rescate financiero del país en mayo de 2010, también se opusieron a la reestructuración.

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