Internacional

La mayor aseguradora italiana, dividida por Libia y ‘El Mundo’

Assicurazioni Generali, la primera aseguradora italiana, vive unos momentos de fuerte tensión entre su presidente, Cesare Geronzi, y sus accionistas de referencia. El detonante ha estado en las declaraciones de Geronzi la semana pasada al ‘Financial Times’ en las que desvelaba su deseo de mantener sus participaciones en compañías como RCS, editora de ‘El Mundo’, y de entrar en bancos expuestos a Libia.

El descontento de los accionistas con la dirección de Geronzi se ha multiplicado desde que en los mentideros bursátiles italianos se empezase a especular con un acuerdo para la entrada en el capital de UniCredit, primera entidad crediticia de Europa y participada en un 5% por el Banco Central de Libia, lo que convierte a la república norteafricana en el tercer accionista del grupo financiero italiano. De este modo, la entrada en entidades altamente expuestas a las revueltas contra el régimen de Gadafi se antoja “un disparate” para muchos inversores de Generali, tal como muestran en algunos foros de inversión.

No se trata del único episodio de este tipo. En la última reunión del consejo de Generali, uno de los consejeros independientes con asiento en la mesa de la aseguradora, Diego Della Valle, discutió intensamente con Geronzi por la participación que Generali posee dentro de RCS, editora matriz de los diarios El Mundo y Expansión entre otros. Della Valle pidió al consejo que se abandonase la participación del 3,9% que la aseguradora posee en RCS para focalizar la inversión en áreas estratégicas del sector de los seguros y no diversificarla hacia áreas que entrañan un mayor riesgo económico pero que, no obstante, revisten un mayor rédito político.

Las palabras de Della Valle cobran especial relevancia ya que él mismo ostenta un cargo directivo dentro de la editorial y está bien al corriente de los problemas de financiación que atraviesa el grupo, por lo que pone así de manifiesto que la permanencia de Generali en RCS no le concede beneficio alguno, como sí que lo haría hacia Geronzi que se negó a renunciar a su posición dentro de la editora, donde Generali tiene un consejero.

En esta ocasión, la tensión aumentó hasta acusar al presidente de Generali de tejer un entramado de inversiones cruzadas para obtener réditos políticos más que luchar por la solvencia del grupo asegurador y el bienestar de sus clientes e inversores. La división en el seno de Generali se salda con un desplome de casi el 7% en el valor durante la última semana.

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