El consejo de ministros italiano, presidido por el primer ministro, Silvio Berlusconi, ha aprobado un decreto ley con medidas para impedir que empresas extranjeras asuman el control de empresas locales en sectores “estratégicamente relevantes”, entre ellos, la alimentación, la energía, la defensa y las telecomunicaciones.
El Ejecutivo transalpino pretende mediante esta medida blindar la alimentaria Parmalat, después de que el grupo francés Lactatis haya anunciado su intención de hacerse con el control de la compañía. El grupo francés reforzó esta misma semana su poder en el capital de la italiana, con la compra de otro 15,3% de sus acciones, alcanzando así una participación ya del 29%.
Según el nuevo decreto ley, los inversores extranjeros tendrán que obtener un permiso gubernamental en 60 días para adquirir una empresa de un sector estratégico, aunque las medidas se implantarán con carácter de reciprocidad, es decir, permitiendo a las empresas de otros países defenderse de igual manera ante los intentos de absorción por parte de una compañía italiana.
