Internacional

Alemania y Francia buscan salidas para Grecia al margen de Bruselas

Los principales acreedores de Grecia, entre los que se encuentran Alemania y Francia, podrían decantarse finalmente por ampliar las ayudas al país mediterráneo para evitar su quiebra. Pero para ello no se va a utilizar el fondo de rescate aprobado para ayudar a los países del euro con problemas, sino que estas ayudas dependerán de negociaciones bilaterales que partan de cada país acreedor, y que podrían incluir a cambio un aval en concepto de activos públicos.

Según el plan que ha explicado la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, las ayudas individuales enviadas desde cada país podrían exigir un aval en forma de activos públicos. En otras palabras: que Atenas puede obtener más dinero a cambio de otorgar a sus supuestos benefactores suculentas participaciones en compañías griegas en proceso de privatización si no cumple con las condiciones del préstamo. Esta posibilidad, que se discute estos días en Luxemburgo, contrasta con lo que pretende lograr la banca suiza. Las entidades del país alpino también buscan aprovechar la crisis de deuda de Grecia para lograr hacerse con activos públicos a modo de aval, pero no a cambio de más préstamos, sino a cambio de un impago selectivo de la deuda helena. Es decir, los banqueros suizos aspiran a dejar de cobrar parte de lo que Atenas les debe a cambio de participación en compañías griegas o terrenos estatales, por ejemplo.

Ese impago de la deuda, no obstante, podrían amortizarlo gracias a las posiciones que estas instituciones financieras mantienen en el mercado de CDS (los seguros contra el impago de la deuda) griego. Una ventaja con la que no parecen contar ni los bancos franceses ni los alemanes, también muy expuestos a una posible quiebra del país mediterráneo. De hecho, Josef Ackermann, consejero delegado de Deutsche Bank y para muchos especuladores financieros el verdadero asesor económico de la canciller alemana, Angela Merkel, ya ha dicho que una reestructuración de deuda no es una alternativa viable.

Los bancos europeos, en general, mantienen 50.800 millones de euros en papeles soberanos griegos, según datos aportados recientemente por el banco de inversión estadounidense JP Morgan Chase. Sin embargo, el dato más preocupante es, para los analistas de esta entidad, la exposición al sector privado heleno: 116.600 millones de euros. Y si los bancos griegos -o, en otras palabras, el sector privado heleno- quiebran, esta cantidad será difícilmente recompensada.

En total, sumando las posiciones en deuda pública y sector privado, JP Morgan establece la exposición de la banca europea a Grecia en 167.500 millones de euros, de los cuales 69.200 millones pertenecen a carteras de bancos franceses, mientras que otros 50.900 millones están vinculados a las entidades germanas. Es decir, que los bancos galos y teutones acaparan el 71,7% de la exposición del sector bancario europeo a este país.

La rentabilidad de los bonos griegos a diez años cotizan en los mercados secundarios a una rentabilidad del 15,6%, más del doble de la que ofrecían hace doce meses, cuando Atenas recibió el primer rescate financiero enviado por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), valorado en 110.000 millones de euros.

Precisamente, el FMI ya ha dicho que ayudará a Grecia si es necesario. Esta muestra de buena voluntad para salvaguardar el ha sido estudiada por los expertos como un paso más de su director gerente, el socialista francés Dominique Strauss-Khan, para asentar sus pretensiones a gobernar Francia en el futuro.

Además, el subdirector gerente de la institución y mano derecha de Strauss-Khan, John Lipsky, ha confirmado que dejará su puesto como número dos del organismo multilateral en agosto de este año, fecha límite en que culmina su etapa. Los analistas ya han vaticinado que la salida de Lipsky es el paso previo para que el primero en la jerarquía del FMI encamine su carrera en la lucha por la presidencia de la nación gala.

El actual director gerente del FMI ocupó el puesto en noviembre de 2007, por lo que su plazo en el mismo se agota este próximo mes de noviembre (son cuatro años). Si sale antes de esa fecha se convertirá en el segundo director gerente del FMI en abandonar el cargo antes del día establecido. El primero fue Rodrigo Rato; su antecesor.

Strauss-Kahn no ha escatimado en halagos hacia John Lipsky, banquero de larga experiencia nombrado primer subdirector gerente en 2006, al que ha calificado como “un instigador del debate, un influyente partidario del multilateralismo y la vigilancia financiera más profunda, y un destacado comunicador”.

Más información