Internacional

Las pruebas de resistencia de la banca europea, otro fracaso de Bruselas

El ejercicio de transparencia que Bruselas había preparado para tranquilizar a los mercados podría estar a punto de fracasar. Aunque al cierre de esta edición aún no se conocían los detallos completos del test, sí sabía que sólo ocho de los 90 bancos que se presentaron al exámen habían suspendido. Cinco de ellos eran españoles, dos griegos y otro austriaco. Un balance que junto a los accidentados prolegómenos de su puesta en escena en lugar de despejar las dudas, han servido para alimentar aún más la incertidumbre y la sospecha.

Las dudas sobre la verosimlitud tensaban desde primera hora la negociación en los mercados interbancarios, en los que los tipos de interés alcanzaban sus cifras máximas de los dos últimos años. El libor a tres meses se situaba en 1,5520%, mientras que el euribor marcaba un 1,608%.

Unos guarismos altos que, sin embargo, no suponían el principal problema para algunos analistas consultados por las agencias financieras especializadas. En opinión de este grupo, la caída del volumen de las operaciones y el regreso de la desconfianza de los bancos a prestarse dinero entre sí revelan un problema mayor.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elaborado un informe de urgencia, que recoge la agencia Dow Jones, en el que los técnicos de esta institución aseguran que los bancos europeos sufren serios problemas de solvencia y necesitan con urgencia un programa creíble de recapitalización. Esta información coincide con la publicación de las pruebas de resistencia financiera a los bancos del Viejo Continente.

En el texto, preparado para la reunión preliminar del G20 que se celebrará la próxima semana, se afirma, además, que los riegos de no resolver inmediatamente la crisis de Grecia conducirían al mundo a un escenario severo e imprevisible y que es necesario actuar con urgencia.

Al parecer, desde la institución que ahora preside la abogada francesa Christine Lagarde, ex ministra de Finanzas de Francia, no se comparte la idea de las autoridades alemanas de que como Atenas dispone de fondos suficientes para cumplir sus compromisos de pago hasta el mes de septiembre no hay necesidad alguna de darse prisa para elaborar el segundo plan de rescate que se discute ahora.

La banca alemana ha vuelto a criticar las pruebas de resistencia financiera el mismo día de su publicación. Según Michael Kemmer, director ejecutivo de la patronal de banca privada alemana, «tendría sentido que la Autoridad Bancaria (Europea, EBA) hablará con cada uno de los bancos sobre los resultados de las pruebas de resistencia y que no fuera tratado en el mercado abierto». En declaraciones a la emisora Deutschlandfunk, dijo que teme «que ante la complejidad de la situación no quede necesariamente garantizado el manejo adecuado de estas informaciones».

Ya ayer, el landesbank alemán Helaba dijo que abandona el ejercicio para evitar suspender la prueba, amparándose en las leyes de secreto profesional, según Bloomberg. Se calcula que unas 10 entidades financieras no pasarán el corte.

Para evitar que esto vuelva a repetirse, Bruselas tiene previsto dar más competencias a la Autoridad Bancaria Europea y a los reguladores nacionales. Un borrador elaborado por el Ejecutivo Comunitario, que recoge la agencia de comunicación estadounidense, contempla que las reglas de secreto profesional no impidan a los reguladores publicar los resultados.

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