La confianza entre los bancos está bajo mínimos, lo que despierta de nuevo los fantasmas que ya hicieron acto de presencia en septiembre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers. El mercado interbancario vuelve a dar síntomas de parálisis, tal y como demuestran las cifras publicadas por el índice Markit iTraxx Financial, que explican que el diferencial Euríbor-OIS (que mide el ratio de diferencia entre la tasa a la que se prestan los bancos y los tipos oficiales) se ha incrementado 70 puntos básicos en lo que llevamos de mes.
Este ratio, que indica la disposición a prestarse dinero entre los bancos en euros, ha alcanzado así su cifra más alta desde abril de 2009. Algo similar sucede con el diferencial Libor-OIS (aquí se mide la tasa a la que se prestan los bancos en dólares y los tipos oficiales), ya que ésta se encuentra en máximos de dos años y medio.
Estos indicadores demuestran cómo los bancos europeos, a la hora de prestarse entre ellos, cada vez piden una mayor rentabilidad a cambio de realizar dicha operación porque no tienen muy claro que vayan a percibir la totalidad del préstamo. El peligro de este incremento del rendimiento es que puede llegar un momento en el que los elevados tipos exigidos generen que las entidades ya no acudan a buscar financiación a otras entidades, y hagan por lo tanto uso de los programas extraordinarios como el establecido por el Banco Central Europeo (BCE).
Los expertos consultados por la agencia Bloomberg han asegurado que esta creciente desconfianza se debe en buena parte a la opacidad que envuelve muchas de las apuestas realizadas recientemente por las grandes entidades del Viejo Continente, especialmente las vinculadas a la deuda soberana de los países de la región, de las que no se sabe realmente en dónde mantienen posiciones sobre todo si operan con productos derivados.
Esta situación de incertidumbre y cierre preocupa mucho a algunos bancos que tienen que afrontar fuertes compromisos financieros como por ejemplo Commerzbank (cerca de 170.000 millones de euros en vencimientos), Barclays (72.000 millones de euros) o BNP Paribas (65.000 millones de euros) antes de final de año, según los datos publicados por esta agencia de noticias. En el caso de la gran banca española los vencimientos del Santander no llegan a 8.000 millones de euros, mientras que los del BBVA se quedan en 4.200 millones de euros.
Varios expertos consultados por EL BOLETÍN ya advirtieron en su día de que se empiezan a observar síntomas de congelación en el mercado interbancario.
