Timothy Cook es un nombre desconocido fuera de Silicon Valley, y más si se le compara con el hasta hace unas horas consejero delegado de la empresa más valiosa del mundo, Steve Jobs. Tanto es así que su nombre en el titular tiene que ser explicado en un paréntesis. Sin embargo, dentro del sector tecnológico Cook no es ningún ‘mindundi’. Todo lo contrario: hace tiempo que la gente le esperaba para reemplazar al mítico (y místico) fundador de Apple. Ese día, finalmente, parece haber llegado.
Tiene 50 años y es una pieza clave dentro de la compañía de la manzana desde el año 1998, según ha explicado Jim Jelter, uno de los editores del portal financiero Marketwatch.com en San Francisco, que es donde se encuentra el cuartel general de Apple. En marzo de ese mismo año, Cook llegó a la empresa de Jobs como directivo. Poco a poco se fue ganando la confianza de su extraño y carismático jefe, y pasó así a supervisar el día a día de la empresa.
Sin embargo, para los inversores y la competencia Tim Cook no es nuevo en el puesto. El desde hoy consejero delegado de Apple ya ocupó temporalmente el liderazgo de la compañía cuando Jobs tuvo que retirarse de la primera línea para ser tratado de cáncer. Esto sucedió en el año 2004 y en el 2009. Y desde el pasado mes de enero, su nombre iba automáticamente asociado a la sucesión del cargo.
Los expertos del sector le definen como un genio que ha contribuido enormemente a convertir Apple en la compañía más valiosa del mundo. Además, conoce bien a la competencia, pues antes de entrar a trabajar a las órdenes de Jobs ya ocupó puestos de relevancia en Compaq e IBM. Sin embargo, algunos dudan de que su visión estratégica pueda equipararse a la de su predecesor, considerado uno de los mejores empresarios que ha conocido EEUU. El tiempo, como siempre, emitirá su veredicto.
