Exxon Mobil y Rosneft han pactado una alianza estratégica que ofrecerá al gigante estadounidense acceso a yacimientos con un enorme potencial en el Océano Ártico. La compañía rusa participará en los proyectos de la petrolera norteamericana en EEUU. El acuerdo se produce meses después de la ruptura de la alianza de la empresa controlada por Moscú y BP.
El pacto, firmado en presencia del primer ministro ruso, Vladimir Putin, en su residencia de descanso sobre el Mar Negro, es un gran triunfo para Exxon en momentos en que compite con otras grandes compañías petroleras por los escasos yacimientos.
También es un éxito para el «zar» de la industria petrolera en el Kremlin, Igor Sechin, que ha buscado atraer de vuelta a Rusia a las grandes empresas cuya tecnología es vital para desarrollar la nueva generación de campos petroleros rusos. La alianza con Exxon, la mayor petrolera de EEUU, le dará a Rosneft una exposición internacional que ha buscado desde hace tiempo en un intento por entrar a las grandes ligas de las petroleras globales.
Un aparente perdedor con el acuerdo es BP, que anunció un pacto similar con Rosneft a comienzos de este año, pero fue bloqueado por la oposición de sus socios rusos, un grupo de multimillonarios que tienen la mitad de la alianza TNK-BP Ltd.
