Benedicto XVI le ha plantado cara a Wall Street y, en general, a los especuladores financieros. El Papa le ha pedido a las autoridades internacionales que emprendan una reforma radical en el entramado financiero mundial para que éste sea más transparente y esté más regulado por una única autoridad económica global.
La propuesta se ha conocido este lunes, a través del Consejo Pontificio para la Paz y la Justicia, y persigue aquello que ya dijo Benedicto XVI en una encíclica promovida en 2009 en la que se denunciaba la mentalidad de anteponer los beneficios económicos a cualquier otra cosa como principal móvil de la crisis financiera internacional que, desde 2008, acosa a los mercados.
En cualquier caso, las autoridades vaticanas son conscientes de que «aún queda mucho camino por recorrer antes de la creación de una autoridad jurídica mundial y pública» para vigilar los movimientos especulativos y evitar que dañen la economía mundial como lo están haciendo en estos momentos. Benedicto XVI apunta a las Naciones Unidas como un buen lugar en el que comenzar el proceso.
En sintonía con el Vaticano, los obispos católicos de EEUU han publicado una guía para votantes de cara a los comicios que tendrán lugar en 2012 en la que destacan la importancia de romper las barreras sociales y terminar en la medida de lo posible con la pobreza del mundo.
