La industria automovilística de EEUU se recupera a pasos agigantados. Los fabricantes están a punto de cerrar el mejor registro anual de los últimos tres años con ventas de 12,8 millones de vehículos, ya sean camionetas, híbridos o de lujo.
Sólo en el mes de noviembre las ventas alcanzaron el millón de coches, el mayor ritmo mensual desde agosto de 2009, cuando estaba en vigor el programa “efectivo por chatarra” con el que el Gobierno quería estimular este mercado, duramente golpeado por la crisis financiera.
General Motors ha anunciado un aumento del 6,9% en sus ventas, sobre todo por la demanda de camiones grandes y el empuje de ventas de sus vehículos pequeños, mucho más económicos además en el consumo de gasolina.
El mayor fabricante de EEUU, que en julio de 2009 emergió de la bancarrota con la ayuda del Gobierno, vendió el mes pasado 180.402 automóviles.
Este es sólo un ejemplo del resurgir del sector. Las previsiones son además halagüeñas. Según Conference Board, la porción de consumidores que quiere comprar un nuevo vehículo en los próximos seis meses ha subido hasta su nivel más alto desde abril.
La confianza de los consumidores, que había estado vapuleada por la recesión más profunda y prolongada desde la Gran Recesión, ha llegado ahora hasta su registro más alto en ocho años.
