Internacional

Sarkozy, un político de mal carácter e insulto fácil

Que Nicolas Sarkozy es un político de carácter nadie lo puede negar, pero tampoco que tiene mal genio, el insulto fácil, y, además, no puede presumir de tener buenas relaciones con la prensa.

El presidente francés ha sido noticia esta semana por haber llamado gilipollas a un periodista con el que perdió los papeles cuando le preguntó sobre el enfrentamiento entre policías y trabajadores de la empresa siderúrgica Arcelor Mittal que tuvo lugar ante su cuartel de campaña de Sarkozy en París.

Al mandatario galo pareció no importarle estar en plena campaña electoral: “Crees que importa una mierda lo que dices”, soltó al periodista, visiblemente enfadado. Su reacción ante lo que se supone era una pregunta ‘incómoda’ no parece la más adecuada para todo un presidente de la Republica Francesa pero, además, el problema es que no se trata de un hecho aislado.

Este es el último tropiezo con la prensa de Sarkozy, pero no el único ya que hace pocos días, el presidente galo ‘regañó’ en directo a una presentadora cuando en una entrevista en la cadena TF1 le preguntó por la afirmación del exlíder libio Muamar Gadafi que dijo haber financiado la campaña electoral de ‘Sarko’en 2007. “Es ridículo, y lamento que en un medio como TF1 esté siendo interrogado por esto”, se quejó.

Pero no sólo ha sido la prensa el objeto de la ira de Sarkozy. En 2007, llamó «escoria» a los jóvenes que viven en los suburbios capitalinos y un año después el dirigente francés también hizo gala de sus malos modos, cuando durante una feria de Agricultura insultó a un ciudadano que se negó a estrecharle la mano, a quien dijo “pírate, imbécil».

Por si fuera poco, su matrimonio con la cantante y exmodelo italiana Carla Bruni no ha hecho sino empeorar sus relaciones con la prensa.

Antes de casarse, el presidente francés denunció por ‘falsedad’ a la revista Le Nouvel Observateur», que publicó que el político había enviado, ocho días antes de su boda, un mensaje de móvil a su ex mujer Cecilia en el que, supuestamente, le confesaba que si ella volvía lo dejaría todo, aunque finalmente el político retiró la demanda.

Carla Bruni tampoco está contenta que se diga con los informadores. Ya que precisamente esta semana la esposa del presidente francés se quejó, en un mensaje dirigido a los medios de comunicación, de las fotografías publicadas de su hija Giulia, tomadas contra su consentimiento, y exigió que se respete el derecho al anonimato que reclama desde que nació.

«En nombre de la libertad de prensa, siempre he aceptado sin quejarme la publicación de fotografías robadas o de información, incluso erróneas sobre mi vida privada, pero no puedo aceptar y nunca aceptaré que se pisotee el derecho de mis hijos a vivir libres y en el anonimato, sea periodo electoral o no», señaló Bruni en una declaración publicada en su página de Internet.

Indicó que como es «habitual» algunos medios publican imágenes suyas no autorizadas, pero ahora también lo han hecho con algunas que «dejan entrever la cara de mi hija» y que se tomaron «sin ningún consentimiento de mi parte».

Al parece, el enfado de la primera dama francesa se debe a que se tiene constancia de que lo ha hecho en particular alguna web belga que no ocultó la cara de la niña -que nació el pasado mes de octubre en París- desenfocando la imagen como se hace muchas veces.

Por ello, Carla Bruni criticó «cualquier utilización que se haga de la imagen de mis hijos, así como cualquier comunicación de informaciones sobre su intimidad» como lo ha dicho en numerosas ocasiones. Y pidió a los que las han publicado que «respeten el derecho a la vida privada de mis hijos considerando que no pueden vivir encerrados».

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