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El Gobierno de Colombia y las FARC dejan en punto muerto las conversaciones de paz

Las conversaciones de paz que desde noviembre tenían lugar en Cuba entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno del país entran en punto muerto. La intención del presidente Juan Manuel Santos de someter a referéndum ciudadano un hipotético pacto ha provocado la retirada de la mesa de diálogo de los representantes de los guerrilleros y, después, de los emisarios gubernamentales.

Representantes del grupo militar anunciaron «una pausa» con el único fin de estudiar con detenimiento el proyecto de ley presentado por Santos al Congreso. Su objetivo sería el de poder tomar así una postura más consecuente en la mesa de diálogo establecida en La Habana. El inesperado anuncio llega después de que el presidente colombiano anunciase que el eventual acuerdo alcanzado en la capital cubana debería ser aprobado por la ciudadanía en un escrutinio que se haría coincidir con la de las elecciones del próximo año 2014.

La respuesta del equipo de Santos no se ha hecho esperar. El propio presidente ha salido al paso de las declaraciones de las FARC para recordar que no son ellos quienes «en este proceso decretan las pausas o toma las decisiones». Así mismo, ha confirmado que ha solicitado el regreso «inmediato» de los representantes del Gobierno en la mesa de La Habana para «evaluar el alcance» de la iniciativa planteada por el grupo guerrillero.

Por parte de éste, el comandante del llamado Bloque Occidental, Pablo Catatumbo, ha precisado que su pausa no iría en principio más allá del próximo lunes. Sin embargo, sí que han apostado una vez más porque el acuerdo de paz se ratifique en una asamblea nacional constituyente y no a través de un plebiscito. En su opinión, éste sería el «único camino» para conseguir «un verdadero tratado de paz, justo y vinculante», ha defendido el líder guerrillero.

En un tono algo más conciliador, Juan Manuel Santos ha concedido que «es legítimo» que los representantes de las FARC estudien el proyecto de ley pero les ha recordado que «el tiempo pasa y la paciencia del pueblo colombiano tiene su límite». Una amplia mayoría de las fuerzas políticas de la oposición, sin embargo, han apoyado la iniciativa legislativa del presidente de manera que se certifique «que no se va a hacer nada a espaldas de los colombianos», como señaló el presidente del Senado, el liberal Juan Fernando Cristo.

La principal voz discrepante al proyecto de ley, más incluso que la de las FARC, ha sido Álvaro Uribe, principal opositor de Santos. En su opinión, el referéndum podría incrementar la violencia en el país y distorsionar el sentido democrático de las elecciones además de dividir al país entre «amigos o enemigos de la paz» en función de su voto al acuerdo concreto.

El método para ratificar el resultado de las conversaciones de paz vigentes desde noviembre y fruto de una primera reunión celebrada en Noruega el pasado 18 de octubre de 2012 sigue siendo el principal escollo entre Gobierno y paramilitares. Varios observadores políticos consideran que la pausa decretada por las FARC se debe a que el Ejecutivo no les consultó sobre la iniciativa en la mesa de diálogo de La Habana.

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