La Comisión Europea (CE) advirtió hoy de que no aceptará que la aportación financiera de cada país al plan de rescate de Opel se refleje en el número de despidos producidos por la operación para la venta a Magna, después de que el Gobierno de España le aconsejara que estuviera atenta a los subsidios que concederá Ángela Merkel.
El Ministerio de Industria califica de “juego sucio” las promesas de la canciller alemana a Magna para que asegure la supervivencia de Opel. Fuentes del departamento que dirige Miguel Sebastián han advertido, en declaraciones a EL BOLETÍN, que estas ayudas responden a intereses políticos. Y es que Merkel ha encontrado en Opel su principal arma electoral. No sólo tiene comprometidos 4.500 millones de euros para ayudar a Opel, sino que si resulta vencedora de los comicios habrá doble ración, en teoría para promover el desarrollo de tecnologías de menor impacto ambiental, pero también garantizarán la supervivencia de los puestos de trabajo de la planta alemana, donde Opel emplea a 25.000 personas. El Gobierno español cree que salvaguardar los puestos de trabajo alemanes con el dinero prometido por la candidata cristiano-demócrata podría provocar que Magna decidiera recortar más empleos en la fábrica zaragozana, donde Opel cuenta con más de 7.000 trabajadores.
Ayer, el rotativo germano Frankfurter Allgemeine Zeitung se hacía eco de un informe de viabilidad que afirmaba que la empresa austro-canadiense estudia despedir a 2.090 trabajadores de la planta de Opel en Figueruelas en los próximos dos años, lo que supone poner en la calle a 500 personas más de lo previsto. Si el anterior plan industrial del aspirante a hacerse con Opel gustaba poco, el de ahora menos. El comité de empresa de Figueruelas aseguró ayer que exigirán a Magna que aclare si van o no a despedir a más trabajadores de Opel.
