Energía

Bruselas exige a Putin que mantenga el suministro energético tras el acuerdo que Rusia ha firmado con China

José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea

Barroso ha dirigido una carta al presidente ruso durante el viaje oficial que el mandatario ha realizado a China, en donde ha avalado el acuerdo entre Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China. El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, ha exigido al presidente de Rusia, Vladimir Putin, que mantenga su compromiso de no suspender el suministro de gas a Ucrania y a la Unión Europea. La advertencia ha coincidido con la firma del mayor acuerdo energético en la historia de Rusia y China.

En una carta enviada a Putin, Durao Barroso ha señalado que mientras continúan las conversaciones trilaterales sobre las tarifas cobradas por la energética rusa Gazprom, los flujos de gas no deben ser interrumpidos. “Cuento con Rusia para mantener ese compromiso”, dijo. El líder europeo insistió en que “sigue siendo responsabilidad de Gazprom” asegurar el envío de las cantidades de gas pactadas con los países europeos, independiente de su disputa financiera con Ucrania, por donde transita 60 por ciento del combustible importado por la UE a Moscú.

La carta de Barroso llegaba a las manos de Putin después de que éste haya estrechado la mano de las autoridades chinas, ya que el consorcio gasístico ruso Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) han firmado este miércoles un histórico acuerdo para la exportación de gas natural a la potencia asiática, según confirmó la agencia oficial Xinhua.

Las compañías no han facilitado el importe del contrato, pero fuentes del mercado lo cifran en unos 400.000 millones de dólares (unos 292.000 millones de euros) por el suministro de gas durante 30 años, según informa Reuters. Gazprom suministrará 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural anualmente a la segunda economía mundial a partir de 2018 y en los siguientes 30 años.

Según los expertos, Gazprom buscaba obtener un precio de 400 dólares por 1.000 metros cúbicos de gas, una cifra con sus contratos en la UE como punto de referencia, mientras China ofrecía entre 350 y 360 dólares por esa cantidad, basándose en sus importaciones de Asia Central. El pasado año, China consumió alrededor de 170.000 millones de metros cúbicos de gas natural, procedente, sobre todo, de Asia Central.

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