El presidente brasileño Lula da Silva ha respondido a las protestas que en las últimas semanas se han producido en el sector agrario del país anunciando que el Estado aumentará en un 38% los préstamos a esta industria, afectada por las inundaciones que azotaron al país el pasado mes y por la restricción al crédito en las instituciones privadas del país.
En concreto, los préstamos subirán hasta los 108.000 millones reales (54.000 millones de dólares) desde los 78.000 millones de reales que se han destinado para la cosecha actual. Brasil es el mayor exportador mundial de azúcar, café, carne, aves de corral y el jugo de naranja.
«Aunque el crédito de los bancos ha comenzado a estimularse, el Gobierno aumentará los préstamos para ayudar a los agricultores», explicó el ministro de Hacienda, Guido Mantega. Aunque los detalles del plan se conocerán el próximo 15 de junio, la prensa local asegura que los cultivos comerciales contarán con 93.000 millones de reales en préstamos, frente a los 65.000 millones de esta temporada. Los préstamos para las pequeñas explotaciones familiares se elevarán en 2.000 millones de reales, hasta los 15.000 millones.
Buena parte de estos recursos irán destinados al cultivo de caña de azúcar. Y los observadores advierten del peligro que podría suponer que los agricultores dediquen una mayor parte de sus tierras a la producción de etanol, en vez de alimentos. Las autoridades estiman que este año, la producción de azúcar aumentará un 20% este año, debido a la subida de precio de los edulcorantes, que han propiciado que los agricultores apuesten por aumentar sus plantaciones.
