Latinoamérica

Venezuela intenta firmar la paz con los exportadores ecuatorianos

El presidente Hugo Chávez ha comenzado a mover los hilos para poner fin a la polémica por las deudas que Venezuela acumula con los exportadores ecuatorianos, que en los últimos meses han reiterado sus quejas por los retrasos en los pagos ante la escasez de divisas en el país bolivariano. Al parecer, los gobiernos de ambos países están a punto de firmar un acuerdo para establecer un mecanismo bilateral de compensación de pagos, en un intento por agilizar los trámites de su intercambio comercial.

El mecanismo, «basado en los principios de solidaridad, cooperación, complementariedad y reciprocidad» tiene por objeto «evitar el flujo de divisas entre los dos países», reseña AFP.

La comisión técnica encargada de establecer ese sistema comenzará a operar esta semana con representantes de los ministerios de Finanzas, los Bancos Centrales y las empresas petroleras estatales de ambos países. El canciller de Ecuador, Fander Falconí, comunicó en mayo que los importadores de Venezuela adeudaban unos 139 millones de dólares a exportadores de Ecuador.

En los últimos meses, Venezuela ha reducido de manera importante la asignación de divisas a través del sistema de control de cambio que rige en el país, que establece el precio del dólar en 2,15 bolívares. En 2008 las exportaciones ecuatorianas a Venezuela se ubicaron en 698,4 millones de dólares y las importaciones en 2.525,7 millones, según el Banco Central (BC) de Quito.

Pero el sector exportador de Ecuador no es el único afectado por esta situación. Los empresarios locales también se han visto muy perjudicados por los retrasos de la Cadivi en la entrega de divisas para pagar las importaciones. Chávez parece haberse dado cuenta de que esta situación puede influir en su popularidad, y se ha puesto en marcha para solucionar el conflicto, aunque mucho más tarde de lo esperado por el sector empresarial.

De momento, ya se ha iniciado la entrega de autorizaciones de divisas para la importación de vehículos y partes para la industria automovilística, que había urgido al Gobierno a liberar divisas para pagar deudas estimadas en unos 2.200 millones de dólares, lo que llevó a la unidad de General Motors a decidir una paralización de al menos tres meses, a partir de julio, por la carencia de insumos.

«Se empezaron a dar las licencias y los certificados de no producción para el ensamblaje de vehículos. Hasta ahora son 2.500 millones de dólares», dijo el ministro Eduardo Samán. El funcionario aseguró que 2.000 millones de dólares irán a la compra de partes y piezas y el resto a la importación de vehículos ya ensamblados. Sin embargo, las empresas estarían solicitando otros 500 millones de dólares para traer unidades ensambladas.

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