Ayer fue “otro lunes negro para Rajoy”, como se encarga de recordar Público, por lo que la prensa abre portadas con la grave fractura que se ha abierto en el PP a cuenta de la presidencia de Caja Madrid.
Abc y La Razón piden consenso y mesura, que no están las cosas para que el PP, “que viene arrastrando el enorme desgaste del ‘caso Gürtel’ en Madrid y Valencia- quede más debilitado con luchas intestinas” como recalca el diario de Vocento, que insta además, al alirón con el rotativo de Planeta, a que tanto Aguirre como Rajoy hagan un esfuerzo de coordinación, ya que este “seísmo interno” sólo beneficia al Gobierno y al PSOE.
Estos dos diarios conservadores dan un pequeño rapapolvo a Manuel Cobo, por sus desafortunadas declaraciones “a un diario que se distingue por su hostilidad contra el PP”, pero aunque ‘matan al mensajero’ curiosamente no mencionan siquiera en esta guerra a Alberto Ruiz-Gallardón, a pesar de que éste salió ayer a respaldar a su número dos y de que han sido los recursos del Ayuntamiento los que mantienen paralizado el proceso electoral de la entidad financiera. El Mundo no está por la labor de que el alcalde se vaya de rositas y hace notar que el vómito no es sólo de Cobo sino también de Gallardón. Arremete duramente contra el vicealcalde, a quien pide se destituya, pero también exige que Rajoy castigue a Gallardón, ya que si no lo hace “habrá que interpretar que avala la ofensiva contra Aguirre” y advierte al líder del PP que si no toma medidas contundentes contra ambos “cabrá interpretar que da carta blanca al alcalde para que siga actuando a partir de ahora en su nombre sólo con invocarle y consentirá que éste aparezca ante el partido y la sociedad española como la persona que resuelve los problemas en el PP”. O sea que se le comerá con patatas. Y a todo esto qué dice El País, con la que ha montado. Pues alaba “la sinceridad y honestidad de Cobo al proclamar, aun a riesgo de tirar por la borda su carrera política, lo que muchos otros, dentro y fuera del PP, piensan de Aguirre y su equipo”. Además, considera que Rajoy paga su debilidad y proclama que la única solución es que la candidatura de Ignacio González sea retirada.
