La celebración de la Pascua Militar, y más concretamente el anuncio de la ministra de Defensa, Carme Chacón, de su intención de legalizar, aunque con ciertos límites, el derecho de asociación de los militares, es una de las informaciones que manda en las portadas. Primeras en las que dichos actos comparten protagonismo con la liberación del director de Greenpeace en España, detenido en Dinamarca durante 21 días tras colarse en la cena de jefes de Estado durante la Cumbre del Clima de Copenhague; el hecho de que el 83% del premio gordo de El Niño, 106 millones de los 120 millones, vaya a parar a Hacienda; y la carta de Montilla pidiendo el apoyo de 201 entidades catalanas ante un posible recorte del Estatut, información que únicamente no aparece en la portada de El País y con la que abren tanto El Mundo como Abc. Pedrojota Ramírez también dedica su editorial principal a esta iniciativa del presidente de la Generalitat que califica de “amenaza preventiva” contra los magistrados del Tribunal Constitucional que tienen que decidir sobre el texto estatutario.
La Razón, por su parte, editorializa sobre las críticas de la prensa internacional al Gobierno español, primero de ‘The New York Times’ y ahora de ‘Financial Times’ que califica el programa de trabajo para la presidencia española de la UE de “extraordinariamente anodino”, y aprovecha el diario conservador para afirmar que “esta sucesión de críticas es un síntoma de un estado de opinión que debería conducir a que el Gobierno rectifique una política económica basada en la improvisación y muy mal dirigida por la vicepresidenta Salgado”.
Finalmente, tanto Abc como El País editorializan sobre las medidas antiterroristas que se están implantando tras el atentado fallido en un avión con destino a Detroit. El diario de Prisa aplaude el reforzamiento de la eficacia de las medidas de seguridad, especialmente en el transporte aéreo, por considerarlas la alternativa a la respuesta bélica y hace notar que, aunque generen muchas molestias a los usuarios, estos controles son la única alternativa por su efecto disuasorio, concluyendo que en la defensa contra el terrorismo todos debemos “aportar, como mínimo, algo de paciencia”. Pues ¡hala, a imitar al Santo Job!
