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“Los marines desembarcan en el infierno”, con este contunden

“Los marines desembarcan en el infierno”, con este contundente titular informa El País de lo que se han encontrado en Haití los soldados estadounidenses, una de las noticias que se repite en las portadas de la prensa madrileña, en las que, salvo la de Abc, se sigue haciendo un hueco la polémica por la decisión del Ayuntamiento de Vic de no empadronar a los sin papeles, a la que se están sumando otros consistorios a pesar de las advertencias del ministro Rubalcaba.

También hay coincidencia en los diarios a la hora de dedicar editoriales al triunfo de la derecha en Chile, en los que hay unanimidad en resaltar y elogiar lo “alentadoramente inusual” que es el país andino, al que ponen con ejemplo para el resto de nacionales latinoamericanas. El Mundo califica de “lección política de los líderes chilenos” la imagen de los matrimonios Piñera y Frei, juntos sobre una tarima, saludando tras las elecciones, y como el resto de los rotativos destaca la madurez de la ciudadanía y de la clase política chilena, así como del modélico proceso electoral. Sólo El País advierte de dos dificultades para el presidente electo: “Su enorme riqueza personal, con inevitables conflictos de intereses potenciales”; y “mantener a raya a una parte de sus aliados políticos”, ya que el diario de Prisa hace notar que aunque Piñera “es moderado”, algunos de sus socios no lo son tanto.

Finalmente, nos detenemos en el editorial que dedica El País a Repsol en el que Luis del Rivero sale muy mal parado. Al de Prisa, la posición díscola de Sacyr le parece “errónea” sólo por el mero “hecho de que haga pública sus discrepancias con la gestión de Repsol”, pero añade que “esas diferencias tampoco están justificadas”. El País defiende el trabajo de Brufau y dice que “da la sensación de que el accionista Sacyr no entiende el negocio petrolero; o bien pretende resolver la situación de sus cuentas exprimiendo prematuramente las de Repsol”. Y concluye que “si Sacyr no entiende el negocio de Repsol, es un accionista equivocado; por tanto debería encontrarse una solución accionarial antes de que la crisis destruya la empresa”. Chapeau.

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