Las tertulias han girado esta mañana sobre dos asuntos: el 23-F, al cumplirse su 30º Aniversario, y sobre el aterrador discurso del dictador libio amenazando con liquidar a los rebeldes. Carles Francino ha reconoció en la SER que no sabe qué le da más miedo, si recordar un golpe de Estado o escuchar al dictador de Libia, al que califica de “tsunami que asola a la Comunidad internacional”.
En la COPE, el reproche más repetido es que a los gobiernos de la llamada comunidad internacional les preocupan más el petróleo y la inmigración que el pueblo de Libia. Carlos Cué cree que lo peor de todo es que Gadafi no es un loco, sino que es alguien que está llamando a la gente que le apoya a una guerra civil, a salir a la calle y enfrentarse a los rebeldes, lo que considera “terrorífico”, por lo que considera que ahora lo prioritario es “que contemos que este señor está masacrando a su pueblo y que hay gente atrapada allí. Y además se debe presionar a los gobiernos para que se concentren, no en el petróleo o la inmigración sino en liberar a un pueblo”.
En el mismo sentido, Edurne Uriarte cree que no se puede permanecer impasible ante las dictaduras y que Europa debe presionar y adoptar medidas como el boicot a estos dictadores y Victoria Prego recalcó que Europa y EEUU, cuando ocurren cosas como éstas de inestabilidad de regímenes dictatoriales, “se quedan con la boca abierta, dicen cuatro frases hechas y no presentan ningún plan de acción ni diplomático”. «Estamos dando un espectáculo bochornoso” y el resultado será una UE más débil. Bieito Rubido fue aún más allá y dijo que hace tiempo que Europa no tiene política exterior, está “herida de muerte” y sólo unida por el euro.
