Francisco Camps es el protagonista de las portadas por la decisión del Tribunal Superior de Valencia de archivar la causa abierta contra él por un presunto delito de cohecho tras haber recibido regalos de la trama Gürtel. La resolución judicial ha sido recibida con entusiasmo por parte de los diarios conservadores. Abc y La Razón convierten sus primeras en monográficas y sus editoriales destilan euforia por el sobreseimiento, a pesar de que el Tribunal Supremo no ha dicho aún la última palabra, destacando que el recurso a la Fiscalía fue “anunciado insólitamente por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, durante su gira iberoamericana” y el diario de Vocento cree, incluso, que “Camps tiene derecho a recibir disculpas”. Para completar su línea argumental, Abc incluye una tribuna de Manuel Jiménez de Parga, ex presidente del Tribunal Constitucional durante el Gobierno de Aznar, donde el magistrado critica los “nefastos juicios paralelos” .
Por su parte, El Mundo rompe una lanza a favor de un Camps con el que ha sido muy duro en sus últimos editoriales y considera la decisión del tribunal como “una interpretación muy lógica del cohecho pasivo”. porque aunque haya regalos “no se aprecian motivos de que se haya quebrado el principio de imparcialidad en la contratación”.
El País, lógicamente, no piensa lo mismo y alerta de que el auto sienta un “peligroso precedente” ya que avala una “doctrina sorprendente, si no escandalosa: que las autoridades pueden aceptar regalos valorados en miles de euros (trajes, relojes, pulseras, bolsos) por parte de empresas que contratan con las administraciones donde gobiernan esos políticos, siempre y cuando los beneficiados no participen en los distintos procesos de adjudicación. En este caso, con un agravante: “los autores de los regalos están siendo investigados por corrupción”. Hace notar que “los contratos conseguidos por la red de Correa y ‘El Bigotes’ con la Administración regional coincidieron con el periodo en el que hicieron decenas de regalos a dirigentes políticos valencianos”. Y advierte que “en esas condiciones, Mariano Rajoy debería reservar para mejor ocasión su euforia de ayer (…) a no ser que el líder del PP considere digno de euforia que el vestuario de uno de sus presidentes autonómicos esté financiado por los cabecillas de una presunta trama de corrupción”. Además, recuerda a Rajoy que El País no es la Inquisición y que la denuncia partió de un ex concejal del PP.
