Nacional

El fantasma de la división histórica vuelve a planear sobre el PP

La crisis de Caja Madrid ha despertado a los sectores históricos del PP, que Aznar consiguió integrar durante su presidencia. Los ‘viejos AP’, los que proceden de UCD, los ultracatólicos, los democristianos y los ‘aznaristas’ se lanzan ahora contra un Rajoy incapaz de poner orden.

El enfrentamiento entre Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre por el poder en Caja Madrid ha levantado a las familias históricas del PP que José María Aznar consiguió integrar y mantener a su lado sin fisuras. Desde todos los sectores aparecen voces que critican el silencio de Mariano Rajoy cuando surgen problemas como el de Madrid o el de Valencia y su empeño por dejar que las cosas sigan su curso.

El principal problema de Rajoy, en un principio, son aquellos dirigentes considerados ‘pata negra’, que participaron en la fundación del PP y que procedían de la antigua Alianza Popular. Este sector lo comanda Manuel Fraga pero sin duda su principal representante entre las generaciones más jóvenes es Alberto Ruiz-Gallardón. Muchos consideran que lo que dice Gallardón es lo que piensa Fraga. En este grupo se integra también Rodrigo Rato, mentor político de Esperanza Aguirre y de su consejero de Sanidad, Juan José Güemes (yerno de Carlos Fabra).

Pero Rajoy lleva ya prácticamente un año enfrentado al sector ultracatólico de su partido. Esta facción considera que con la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del PP sus intereses en asuntos como la Ley del aborto o la eutanasia no han sido defendidos por el líder popular. Por este motivo, algunos de sus miembros apoyaron la candidatura ultracatólica de Libertas al Parlamento Europeo, aunque Rajoy supo neutralizarla con Jaime Mayor Oreja al frente de la lista del PP. No obstante, es sabido que la Asociación de Propagandistas está luchando ahora por recuperar poder y nombres en la cúpula de los populares, tal y como su presidente Alfredo Dagnino anunció la semana pasada.

Por otro lado, los aznaristas mantienen el pulso, ahora con más fuerza, con la nueva dirección. Gente como Juan Costa, procedentes del llamado ‘clan becerril’ (jóvenes del PP que comenzaron a tener más visualización con la llegada de Aznar a la presidencia), no dudan en expresar en público sus desencuentros con Génova. Tampoco hay que dejar de lado a los democristianos, un sector que desde hace tiempo se plantea alternativas a Rajoy y que dan por descontado desde hace más de un año que Francisco Camps no podía figurar en las quinielas. Tampoco Esperanza Aguirre a quien consideran ‘muerta políticamente’.

La división en el PP no es sólo nacional sino también regional y el ejemplo más claro es Valencia, donde ‘zaplanistas’ y ‘campistas’ luchan desde hace años por el poder. Los únicos líderes regionales que han conseguido neutralizar divisiones internas son Alberto Núñez Feijóo, que no ha querido posicionarse sobre Caja Madrid, y Antonio Basagoiti, quien señaló hoy que hay que apoyar al líder nacional y acabar con la lucha de poder en Madrid.

El presidente de los populares del País Vasco, Antonio Basagoiti, se convirtió anoche en uno de los principales daños colaterales de la pugna del PP por Caja Madrid. Tras muchos meses sin pisar la capital del Estado, Basagoiti venía a Madrid para dar una conferencia en el Club Siglo XXI. Acto que en sí solo ya era interesante, pero que al ver quién le iba a presentar se convirtió en uno de los eventos a subrayar en todas las agendas.

La expectación fue absoluta, aunque no del agrado del propio Basagoiti. Poco o nada se conoce hoy de sus palabras en este acto ya que el laberinto dialéctico que ingenió Mariano Rajoy para esquivar dar su opinión sobre Caja Madrid ha eclipsado al líder del PP vasco. Ni el blindaje del Concierto vasco, ni los 30 años del Estatuto de Guernika importaban ayer en Madrid, sólo Caja Madrid. De hecho, el enfado de Basagoiti de anoche se ha debido de extender a esta mañana cuando, en una entrevista en la Cadena SER, casi todas las preguntas iban sobre la polémica situación de la caja madrileña.

El cabreo del popular vasco por la importancia que se da a asuntos como el de Caja Madrid o la situación de Ricardo Costa no es nuevo. Así, en las últimas semanas Basagoiti ha recordado que, tanto él como los demás compañeros del PP vasco, se “juegan la vida” mientras otros como Costa hacen “política de escaparate”.

El malestar e indignación por el peso que en el PP tiene el futuro de Caja Madrid, por ejemplo, hace que en el Congreso de los Diputados muchos populares califiquen de inaudito esta situación. “Se ha pasado al ámbito nacional un problema que afecta sólo a Madrid”, aseguran.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, reclamó esta mañana a Mariano Rajoy que “valore y calibre” la importancia de lo que considera “injurias” pronunciadas ayer por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, en una entrevista a El País, advirtiendo de que “jamás el PSOE se ha atrevido o ha pensado que era merecedoras de ella”. Precisamente el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, salió en defensa hoy de la competencia de Esperanza Aguirre a la hora de decidir el futuro de Caja Madrid y recordó que el PP de la Comunidad tiene mayoría en la Asamblea.

Preguntada al respecto, la portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha remitido a las declaraciones de ayer de María Dolores de Cospedal y ha pedido “prudencia”. Por su parte, la secretaria general del partido señaló que Génova recibió la resolución del Comité de Derechos y Garantías del PP de Madrid sobre Cobo y que “a partir de aquí, haremos lo que corresponda”.

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