En el último pleno de las Cortes en el que estará presente Francisco Camps hasta febrero, el presidente ha acusado al portavoz de los socialistas valencianos, Ángel Luna, de desear secuestrarle y asesinarle. El popular contesta así a la querella que el lunes presentó el PSPV en el que le acusan participar en presunta financiación irregular del partido.
Todo el rencor que ha acumulado el presidente de la Generalitat valenciana por esta querella ha salido hoy a escena y con él su faceta más combativa, rozando, según algunos asistentes, la locura.
Ante la mirada atónita de muchos diputados autonómicos, Camps ha asegurado que al portavoz de los socialistas valencianos, Ángel Luna, “le encantaría coger una camioneta, venirse a mi casa de madrugada y que a la mañana siguiente yo apareciese boca arriba en una cuneta”. Estas acusaciones de secuestro y asesinato, cual terrorista, han ido acompañadas de más descalificaciones. Las duras palabras de Camps se han referido ahora hacia el escaño que ocupa Luna. “Usted es un gran lastre, no fue votado para portavoz, sus palabras salen más de las vísceras que de la razón” y ha rematado “mi ilusión como valenciano es que usted no sea portavoz” tras las navidades.
Después del sorprendente desahogo de Camps, vitoreado por sus filas, le ha tocado el turno al afectado. Luna, enfadado por lo que había escuchado, ha reconocido que “el otro día hablé en sentido figurado de enajenación política, hoy me tendría que plantear el adjetivo” para Camps.
