El 6 de febrero de 2006 saltaba a los medios lo que después se conocería como ‘caso Gürtel’, cuya sombra, un año después, planea sobre Génova 13. Aquel día era detenido Francisco Correa, líder de la trama corrupta, actualmente en prisión. La operación fue dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, y tres días después era detenido la mano derecha de Correa, Álvaro Pérez, alias ‘El Bigotes’, íntimo amigo del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, como se supo más tarde.
La investigación comenzó a desvelar un entramado con el que presuntamente se habrían enriquecido de manera ilegal numerosos cargos del PP. Muchos de ellos fueron imputados: varios alcaldes de municipios madrileños, diputados regionales de Madrid, el senador y tesorero del partido, Luis Bárcenas, y el diputado nacional Jesús Merino.
Estas imputaciones llevaron a Garzón a traspasar la causa al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (por los aforados regionales) y al Tribunal Supremo (por los aforados nacionales). También dio traslado de una parte de la causa al Tribunal Superior de Valencia, que imputó a Francisco Camps y Ricardo Costa, entre otros, por aceptar presuntamente regalos de la trama. Finalmente fueron absueltos, aunque Costa fue apartado de sus cargos.
