«El problema real aquí es que los políticos en España, desde que los socialistas llegaron al poder tras los atentados de las bombas en los trenes de 2004 que el Gobierno del PP de entonces intentó manipular, ha adquirido un caracter destructivo entre facciones. Pero no esto no es justificación para convertir en una víctima a uno de los servidores públicos más distinguidos de España».
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