El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha negado ante el magistrado del Tribunal Supremo Alberto Jorge Barreiro haber cometido un delito de prevaricación y otro contra las garantías de la intimidad al intervenir las conversaciones mantenidas por los presuntos cabecillas del ‘caso Gürtel’ con sus abogados en prisión.
Durante más de cuatro horas ha testificado Garzón en el Alto Tribunal, aunque ha evitado responder a las acusaciones particulares a cargo de los abogados de los cabecillas de esta trama Francisco Correa y José Luis Ulibarri.
Debido a esto, fuentes de la acusación han asegurado que el juez de la Audiencia Nacional ha dado un testimonio “poco convincente”. Asimismo, según han señalado estas fuentes a Europa Press, Garzón no habría podido explicar con convicción por qué no desglosó de las conversaciones intervenidas aquellos datos que afectaban al derecho a la defensa de los imputados en el caso. Decisión que no tomó hasta poco antes de inhibirse del ‘caso Gürtel’ a favor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Además del testimonio del magistrado, la ausencia del Colegio de Abogados de Madrid ha sido protagonista de las palabras de los letrados de la acusación. Así, Ignacio Peláez ha mostrado su pena a los medios de comunicación por no contar en esta causa con el Colegio de la región. Este colectivo anunció en su día que se uniría a esta querella, aunque al final no lo hizo. “Resulta difícil ser un abogado que no tiene el respaldo del Colegio, ya que aquí represento yo solo a todos los abogados españoles”, dijo Peláez, ex fiscal de la Audiencia.
Más allá de estas palabras, la cita de Garzón ha provocado que varios simpatizantes se acercaran a las puertas del Supremo para darle su apoyo, aunque lo más sorprendente ha sido la presencia de tres mariachis que le cantaban a Garzón ‘yo sigo siendo el juez’.
