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Ruiz-Mateos traspasó Carcesa una semana después de solicitar su preconcurso

José María Ruiz-Mateos traspasó Carnes y Conservas Españolas (Carcesa) a uno de sus sobrinos una semana después de solicitar el preconcurso de la empresa. Así se desprende de los datos recogidos por el portal virtual einforma.com, que da acceso a los informes empresariales de las compañías españolas.

Según este portal, el antiguo propietario de Carcesa, la sociedad Nueva Rumasa S.A., traspasó, el pasado 25 de febrero, la propiedad de la firma de alimentación a la inmobiliaria Grupo Empresarial Apis S.L., una empresa que pertenece a Zoilo Pazos Jiménez, sobrino de José María Ruiz-Mateos. Carcesa se acogió a la situación de preconcurso el día 17 de febrero.

Aunque este diario ha intentado ponerse en contacto con Nueva Rumasa para confirmar la información recogida por este portal, no ha obtenido respuesta.

Cuando el empresario jerezano anunció el preconcurso de Carcesa, junto con otras grandes enseñas de su grupo, como Dhul, Clesa o Rayo Vallecano, surgieron las alarmas entre los inversores que habían suscrito pagarés de Nueva Rumasa. Este conglomerado lanzó la primera emisión en febrero de 2009, una operación avalada precisamente por Carcesa. Estos pagarés ofrecían una rentabilidad anual del 8% y exigían una inversión mínima de 50.000 euros.

No obstante, Ruiz-Mateos intentó tranquilizar a los inversores que le confiaron sus ahorros. El patriarca comentó que si no devolvían hasta el último euro a esas personas se “pegaría un tiro en la cabeza”, si es que su fe católica se lo permitiera. Unas palabras que, lejos de calmar los ánimos de los inversores, aumentó las dudas sobre la solvencia real de esas empresas y los fines de las emisiones de pagarés. Según Nueva Rumasa, el dinero que reuniesen se destinaría a realizar inversiones y ampliar la influencia del grupo.

Sin embargo, a pesar de que el destino de los pagarés avalados por Carcesa no fue tal y de que la situación de los inversores se ha complicado después de que la firma solicitase ayer el concurso de acreedores, fuentes jurídicas consultadas por este diario creen que el traspaso de la propiedad de Carcesa no alterará, en principio, el régimen de responsabilidad. Aun así, estas fuentes han señalado que tendrán que estudiar este cambio de dueño y las condiciones en las que se produjo para aclarar la situación de los inversores con pagarés respaldados por la firma de alimentación.

Lo único cierto es que los Ruiz-Mateos compraron Carcesa, que elabora los productos de Apis y Fruco, a Kraft Foods en 2008. Esta transacción, cuyo importe no fue revelado, establecía una serie de acuerdos de prestación de servicios por parte de Kraft, en vistas de facilitar el traspaso, e incluía la totalidad de las fábricas de Carcesa, ubicadas en Badajoz.

Pero las relaciones entre la familia gaditana y la firma de alimentación estadounidense no acabaron ahí. En 2009, la multinacional vendió a los Ruiz-Mateos la firma Quesería Menorquina, otra de las empresas que se han acogido al preconcurso durante el último mes. Esta operación incluía un contrato de comanufactura por el que la planta de Quesería, ubicada en Mallorca, entregaría anualmente a Kraft un total de 2.700 toneladas de queso fundido.

Sin embargo, el acuerdo no se ha saldado como se acordó hace dos años. Los últimos datos revelan que los Ruiz-Mateos le deben a Kraft 1,4 millones de euros de esta transacción, que según menorcadiario.com se cerró en 1,7 millones. El sistema de pago estipulado era el de pagarés, sin embargo, la familia gaditana refinanció hasta en dos ocasiones su deuda, la última vez en verano de 2010, lo que ha alargado el impago. Ante esta situación, se acordó una compensación ‘en especie’, que tampoco se cumplió, por lo que Kraft se ha convertido en uno más de los acreedores de los Ruiz-Mateos.

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