Cuando quedan menos de dos meses para las elecciones municipales, el PNV ha filtrado a la prensa una cena-reunión que compartieron Íñigo Urkullu y José Luis Rodríguez Zapatero el pasado lunes en La Moncloa. Fuentes del entorno del presidente del Gobierno no escondieron su malestar ante esta filtración mientras apuntaban que el encuentro forma parte de la agenda privada del jefe del Ejecutivo.
La discreción rodea el encuentro entre Urkullu y Zapatero, si se pregunta en el entorno de Moncloa, que no quiere desvelar el contenido de la conversación. Todo lo contrario que el PNV. El Deia publica hoy incluso el menú que degustaron: crema de calabaza, medallones de pescado, macedonia de frutas y café. Según el diario vasco, de la órbita del PNV, en la reunión se abordaron detalles sobre las transferencias pendientes de realizar al País Vasco en virtud del pacto que firmó la formación con el PSOE para apoyar los Presupuestos Generales del Estado de 2011. Faltaría únicamente un paquete de competencias a punto de ser traspasado. En él se incluye la denominación oficial de los territorios históricos de la autonomía, que finalmente será Bizkaia, Gipuzkoa y Araba/Álava.
En la reunión, Urkullu confirmó una vez más su intención de facilitar la estabilidad parlamentaria para que el presidente pueda agotar la legislatura. Lo que no queda claro es si esa voluntad incluiría un nuevo apoyo a las cuentas públicas del año que viene. El Ejecutivo tiene que presentar su propuesta antes del verano, aprobarlas en septiembre y que se debatan en otoño. El rechazo de los presupuestos en el Congreso desencadenaría sin remedio unas elecciones anticipadas. Por ello, los analistas políticos consideran que el PNV podría tener la llave.
Al margen de la estabilidad parlamentaria, el propio presidente del PNV, Íñigo Urkullu, ha ofrecido más detalles del encuentro. Así, asegura que le trasladó a Zapatero la necesidad de que todos los partidos, incluido Sortu, puedan participar en la vida política y en las elecciones. Preguntado sobre si las actas de ETA formaron parte de la conversación, el líder nacionalista vasco no quiso ofrecer detalles y se limitó a señalar que este tema “lo están siguiendo con interés especial”.
Respecto a la posibilidad de unas elecciones anticipadas, Urkullu insistió en “la necesidad de estabilidad, que, ante la crisis económica, y también ante la crisis política e institucional, es necesaria para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos”.
En los círculos cercanos al Gobierno no se ponían de acuerdo en un principio a la hora de dar una versión sobre la cena. Había quien aseguraba no saber nada más allá de lo publicado en prensa, mientras que otros, al principio, lo negaban.
