Mariano Rajoy ha aprovechado el Congreso Nacional del PP celebrado el pasado fin de semana para iniciar la reconquista del partido que en Madrid preside Esperanza Aguirre. Con la vista puesta en el cónclave que los próximos meses debe celebrar la ‘federación’ regional, el presidente del Gobierno ha premiado a dirigentes críticos con la ‘lideresa’ como Manuel Cobo o Alfredo Prada con importantes cargos en Génova.
El presidente del PP está decidido a acabar de una vez por todas con los dolores de cabeza que, semana tras semana, le produce Esperanza Aguirre con una nueva polémica. Por ello, Mariano Rajoy ha aprovechado su buen momento personal –nadie discute su liderazgo y, al fin, está en La Moncloa- para ‘meter mano’ en las filas del partido de Madrid ahora que está convencido de que no se presentará como candidata a las elecciones autonómicas de 2015. Un escenario ante el que están tomando posiciones.
Tras el cónclave nacional, todas las ‘federaciones’ del PP tienen que celebrar un Congreso Regional, incluida la de Madrid. Una cita, aún sin fecha, que ya ha calentado el también presidente del Gobierno colocando a destacados representantes del partido autonómico críticos con Aguirre en un despacho de la planta noble de Génova. Este es el caso del exvicealcalde de la capital Manuel Cobo que ostentará la Secretaría Ejecutiva de Política Local.
Cobo, antes de dejar el ayuntamiento tras la salida de Alberto Ruiz Gallardón al Ministerio de Justicia, mantuvo importantes encontronazos con la presidenta de la Comunidad de Madrid. El más importante, el presunto espionaje que sufrió el exvicealcalde que le llevó a acusar a Aguirre de haber montado una “gestapillo”, según fuentes populares.
El ascenso de Manuel Cobo se suma a la renovación a Alfredo Prada, otra de las presuntas víctimas de los espionajes, como responsable del partido en el Exterior. Unos guiños hacia este sector del PP de Madrid que chocan con los meros cargos como vocales que se le han dado a dos cargos de la máxima confianza de Aguirre: Ignacio González y Lucía Figar.
De esta manera, Mariano Rajoy toma posiciones en el PP de Madrid ante la más que previsible negativa que se espera en Génova de que Esperanza Aguirre no se presente a la reelección como presidenta de la Comunidad. Una renuncia que situaría a su mano derecha, Ignacio González, como el mejor colocado para sucederla. Un dirigente que no gusta nada al entorno del líder popular y que ha provocado los mencionados movimientos en la sede nacional del partido.
