El conflicto que mantiene el Ministerio de Industria con el sector del carbón ante los recortes de más del 60% a las ayudas a las cuencas mineras ha salpicado a Mariano Rajoy. El correo del presidente del Gobierno está ‘colapsado’ por las cartas que las últimas semanas le han enviado sindicatos, párrocos y familiares de los mineros exigiéndole una “solución”.
Lo que en principio era sólo un problema del ministro de Industria José Manuel Soria, ahora ha tocado la puerta de La Moncloa. Cuando quedan ocho días para que la ‘Marcha negra’ de los mineros llegue a Madrid, el presidente del Gobierno está recibiendo multitud de cartas a su nombre de diversos colectivos relacionados con las cuencas mineras.
Esposas de los mineros, representantes sindicales del sector, incluso párrocos de la zona, han escrito en las últimas semanas una misiva dirigida a la residencia oficial del jefe del Ejecutivo. Todas, con un mismo objetivo: que aparte a Soria y Rajoy tome él mismo las riendas y negocie una solución a este conflicto.
Las parejas sentimentales de los trabajadores de las cuencas mineras que están encerrados en la mina de leonesa de Santa Cruz, a 3000 metros de profundidad, recuerdan al presidente del Gobierno que el carbón es “el único sustento y forma de vida es la minería”. “No entendemos de números, de cómo se debe gobernar un país, de cómo sacarlo de la crisis… solo entendemos que lo único que van a conseguir es llevar a muchas familias a la ruina, a que haya más paro, a que no podamos darles unos estudios a nuestros hijos”, remarcan estas esposas.
Y es que, estas mujeres de mineros le aseguran a Rajoy que sólo piden una “solución satisfactoria”. “No estamos pidiendo dinero gratis ni que nos mantengan, solo le pedimos nuestros puestos de trabajo dignos con sus correspondientes sueldos: es dinero a cambio de trabajo”. Incluso, invitan al también líder del PP que visite “nuestros pozos, para que vea in situ lo duro y sacrificado que es este trabajo”.
Más duros en su carta son los párrocos de las localidades leonesas de Torero, Manuel Álvarez Martínez; el de Matarrosa, Jesús Villar Villar; y el de Fabero, Manuel Sierra López.
En esta misiva, los representantes de la Iglesia católica en las zonas mineras de León, tras haber «bajado a las entrañas de la tierra» para ver a los mineros, advierten que «los encerrados, los que cortan carreteras, los detenidos, los sancionados con multas que exceden con mucho sus posibilidades, no son pendencieros con ganas de gresca sino gente que se encuentra abocada a la miseria y a la desesperación».
Estos párrocos aseguran a Rajoy que “la minería no se muere, como algunos dicen, sino que la matan” y lanzan duros ataques contra el ministro de Industria, José Manuel Soria.
“Hace unos días que su ministro, el Sr. Soria, nos regaló una perla de la sabiduría, casi un proverbio oriental: “de donde no hay no se puede sacar”, remarcan estos representantes de la Iglesia. Una frase que no han entendido muy bien. “Si se trata de que no quede carbón se equivoca. Si a lo que se refiere es a su incapacidad de gestionar el ministerio que tiene encomendado, podemos estar más de acuerdo con él y afirmar también nosotros que es verdad que “de donde no hay no se puede sacar”.
Por todo ello, instan al presidente del Gobierno a “poner en hora peninsular el reloj de ese colaborador que se ha escogido”. “Como comprenderá no nos importa que venga de las islas, lo que nos irrita es que crea que nosotros estamos en la estratosfera”, insisten.
Para terminar su carta, los párrocos son claros: “¡Rectifique que está a tiempo! Mire que no le piden el oro y el moro sino únicamente “ir tirando”.
Para terminar con las misivas que ‘colapsa’ el correo de Rajoy hay una carta de los responsables sindicales del sector de la minería que aseguran al jefe del Ejecutivo que “todavía estamos a tiempo de buscar vías de solución que nos permita llegar a un acuerdo, con el objetivo final de cumplir lo pactado, y sentar las bases para un nuevo Plan del Carbón”.
