Ni Feijóo, ni Pachi Vázquez, ni Francisco Jonquera, ni Xosé Antonio Beiras. Ninguno de los candidatos a la presidencia de la Xunta son los verdaderos protagonistas de las elecciones gallegas, sino los juzgados y los procesos que en ellos se desarrollan estos días. El juicio del Prestige y la implicación de varios alcaldes socialistas y del PP en la ‘Operación Pokémon’ marcan la agenda de los actos de campaña de los partidos.
El inicio del juicio del Prestige diez años después de la tragedia ha irrumpido en la recta final de la campaña a las elecciones del 21 de octubre. El proceso, que se ha iniciado hoy mismo, desgranará los acontecimientos que provocaron el vertido de fuel sobre la costa gallega y depurará responsabilidades. Y aunque los dirigentes populares directamente relacionados con este suceso, como Mariano Rajoy o Miguel Arias Cañete, no se sentarán en el banquillo, su implicación vuelve a estar de actualidad y podría influir en los resultados del PP en las urnas.
En 2002, año de la tragedia, Mariano Rajoy se ocupaba de la portavocía del Gobierno de José María Aznar y era el titular del Ministerio de Presidencia, cargos desde los que tuvo que afrontar el desastre ecológico que provocó el petrolero Prestige.
Su falta de pericia para manejar este asunto fue muy criticada por la ciudadanía gallega y por la oposición, sobre todo después de asegurar que el chapapote, que definió como unos “hilitos” con “aspecto de plastilina”, no llegaría a la costa. También dijo que el vertido no se podía calificar como una marea negra.
Aunque no fue el único miembro del actual Gobierno implicado en esta causa. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que en la época de Aznar ocupaba el mismo cargo, aseguró en su momento que “la rápida intervención de las autoridades españolas alejando el barco de las costas hace que no temamos una catástrofe ecológica, como ha sucedido en otras ocasiones, ni prevemos grandes problemas en las aguas españolas ni para los recursos pesqueros”. También, al igual que hiciese Rajoy, indicó que aunque el vertido afectaba “a una extensión muy importante, no es una marea negra”.
Unas palabras que hoy vuelven a la memoria y que podrían afectar a la marcha de los comicios del mismo modo que la implicación de diversos alcaldes socialistas y del PP en la ‘Operación Pokémon’. Este caso se destapó con la detención del regidor de Orense, Francisco Rodríguez (PSOE), a la que siguió la del alcalde popular de Boqueixón, Adolfo Gacio.
En el marco de esta operación la policía también ha detenido a Ramón Otero, funcionario de Santiago, el expresidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares (que fue concejal en Lugo), y a varios responsables del grupo Vendex.
