El líder de Convergència i Unió (CiU) y actual presidente catalán ha asegurado que el proceso soberanista de Cataluña seguirá adelante tanto si consigue la mayoría absoluta como si no lo hace. Pese a haber reconocido en varias ocasiones que necesita una «mayoría excepcional» para hacer frente a sus planes, en la recta final de la campaña Artur Mas ha explicado que lo que él ha iniciado ya no tiene marcha atrás.
En las filas de CiU están convencidos de que la gran cantidad de indecisos que siguen mostrando las encuestas de última hora y las acusaciones de corrupción «sin fundamento» que han aparecido contra su líder no harán más que empujarles a la mayoría absoluta. De hecho, Josep Antoni Duran i Lleida ha exigido dimisiones tras la negativa del PP a que comparezcan en el Congreso los ministros de Interior y Hacienda.
No obstante, una encuesta publicada por el rotativo británico The Guardian apunta en la dirección contraria: su sondeo pronostica una notoria bajada de CiU. Los nacionalistas perderían, según dicho estudio, entre cinco y siete escaños, algo que debilitaría sobremanera la figura de Mas. De ahí que el líder de CiU llamara ayer a repetir o a “mejorar” el resultado de 2010.
Un partido que será clave es ERC. También abraza el mismo ánimo soberanista que Mas, y de hecho ha expresado su temor a que CiU suavice su discurso tras los comicios como, dicen, tantas veces hizo Jordi Pujol en el pasado. En esta formación Mas tiene un apoyo importante que, sin embargo, también le puede restar voto independentista en las urnas.
