Los protagonistas del día

YOLANDA BARCINA

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidirá hoy si juzga al teniente de alcalde de Arruazu (Navarra), Gorka Ovejero Gamboa, y tres miembros del colectivo contra el tren de alta velocidad Mugitu! por lanzar tres tartas a la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, mientras participaba el 27 de octubre de 2011 en una reunión de trabajo en Toulouse (Francia).

La Fiscalía solicita cinco años de prisión por la comisión de un delito de atentado contra la autoridad, para el alto cargo del Ayuntamiento de Arruazu, que pertenece a la formación nacionalista Batzarre y para Mikel Álvarez Forcada –hermano del dirigente de Batasuna Joseba Álvarez– Julio Martín Villanueva e Ibon García Garrido, a los que se pudo identificar como autores de la agresión.

Los hechos se produjeron sobre las 16.30 horas del 27 de octubre de 2011 cuando Barcina participaba en una reunión de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. Ovejero, que portaba una tarta «oculta en una carpeta», se acercó a la presidenta navarra y, sacándola «de forma sorpresiva y de manera enérgica» se la estampó, detalla el escrito provisional de acusación.

«Inmediatamente después, mientras esta encontraba aturdida, Julio Martín e Ibón García se acercaron por detrás a la presidenta que estaba privada de toda visión como consecuencia del impacto de la tarta en los ojos y, utilizando el mismo procedimiento, estamparon las tartas que llevaban ocultas, en la cabeza», indica el Ministerio Público.

El fiscal especifica que Mikel Álvarez irrumpió en la mesa donde Barcina ofrecía su ponencia para apoyar a los atacantes. «Como consecuencia y efecto de los golpes recibidos Yolanda Barcina quedó desorientada y aturdida, debiendo ser atendida y sacada del recinto por el personal de seguridad», añadió.

El colectivo Mugitu! reivindicó el mismo día de los hechos la acción en un comunicado en el que decía que «la razón de los tartazos era agradecer los ímprobos esfuerzos que, como máxima responsable política de Navarra, estaba realizando (Barcina) para la imposición del TAV». Según afirmaban, la agresión era «una elegante manera de darle la bienvenida a su cargo de presidenta».

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