José Manuel García-Margallo ha confirmado hoy que tenía “datos claros” de que el exanalista de la CIA Edward Snowden estaba dentro del avión en el que viajaba Evo Morales. No obstante, ha dicho que España no debe pedir ninguna disculpa por el conflicto diplomático que generó la retención del presidente boliviano ante la negativa de algunos países a que hiciese escala porque el espacio aéreo español nunca estuvo cerrado y fuimos los únicos que autorizamos su tránsito.
En una entrevista en TVE, el ministro de Exteriores ha aclarado algunas cuestiones sobre el conflicto internacional que se ha producido esta semana con Evo Morales debido a Snowden. Margallo ha asegurado que España concedió la escala cuando Portugal se la negó en las Azores, y que después de que se abortase el plan de vuelo inicial y se obligase al presidente boliviano a quedarse en Viena ante la negativa de otros países a abrir su espacio aéreo, hubo que volver a tramitar los permisos correspondientes.
Al ser preguntado si EEUU llamó para pedir una intervención, el ministro ha dicho que “eso forma parte del secreto de sumario”, aunque sí que ha confirmado que el Gobierno tiene que operar con los datos que le dan, y “nos dijeron que los datos estaban claros, que (Snowden) estaba dentro (del avión)”.
En este sentido, ha indicado que ante cuestiones como estas “hay que operar de forma inmediata, de otra forma nos hubiésemos encontrado con un conflicto importante. Nosotros somos muy cuidadosos, cuando estamos en un estado de derecho hay que hacer la extradición sin pensar en si procede o no. España ha sufrido durante muchos años negativas de extradición”, aunque “no estoy comparando a Snowden con ningún etarra”, ha explicado.
Tras ello, Margallo ha dicho que da “enorme valor a la relación con EEUU, pero nosotros tenemos nuestra política exterior autónoma, y cuando discrepamos, discrepamos”, ha aseverado el titular de Exteriores, para comentar que a pesar de que “ninguna autoridad española puede investigar un avión presidencial”, los bolivianos “nos dijeron que si era necesario, se podía inspeccionar el avión”.
Asimismo, ha considerado que “España no debe pedir ninguna disculpa” por este asunto, porque ha ayudado a resolver el problema, y ha dicho que el resto de “naciones europeas tendrán que decidir cuál ha sido su comportamiento y qué deben hacer”.
