La alcaldesa de Madrid ha recibido a finales de año la ‘puntilla’: una huelga de limpieza que ha llenado la calle de basura durante 13 largos días y la imputación del jefe de la Policía por falsedad documental en el Madrid Arena. La gestión que ha hecho Ana Botella de la huelga de limpieza viaria y jardinería, que ha oscilado entre la desidia y los gestos teatrales, ha colocado a la alcaldesa un poco más al borde del precipicio y han arreciado las voces dentro del PP que consideran que no debe repetir como cabeza de cartel de un Ayuntamiento tan importante como el de la capital de España, un feudo vital para los ‘populares’.
Y es que durante la huelga, que estalló tras presentarse un ERE para 1.134 trabajadores por parte de tres de las compañías adjudicatarias, en una cosa han estado de acuerdo tanto las empresas concesionarias, como los sindicatos y partidos de la oposición: Ana Botella sabía que el contrato integral de limpieza y jardinería llevaba aparejados unos recortes y unos despidos, por lo que sus intentos de desentenderse del problema fueron reiteradamente denunciados ante la opinión pública por las tres partes.
Para poner a Botella un poco más en la cuerda floja, y justo unos días después del aniversario de la tragedia del Madrid Arena, el juez Eduardo López Palop ha dado un nuevo golpe al Ayuntamiento: al apuntar de nuevo y directamente contra la cúpula de la Policía Municipal.
El juez ha abierto una pieza separada para investigar un presunto delito de falsedad documental en el ‘caso Madrid Arena’, que afectaría, entre otros, al jefe de la Policía municipal de Madrid, Emilio Monteagudo, que tendría que ver con el documento en el que se ordenó el cambio de nivel de riesgo de medio a alto la noche de la trágica fiesta de Halloween del Madrid Arena.
Hay que recordar que Monteaguado ya se encontraba imputado en el caso por su actuación respecto al macrobotellón junto al Madrid Arena la noche de la tragedia. Ahora, también deberá detallar ante el juez si el cuerpo directivo bajo su mando manipuló documentos para tratar de eludir su responsabilidad en la tragedia.
