Chismes y apuntes

Sus Católicas Majestades de España… por la gracia de Rouco

Antonio María Rouco Varela, cardenal-arzobispo de Madrid

Los Reyes de España ya han acudido juntos a Misa. En la celebración del Corpus recibieron del cardenal Rouco la patente para heredar el título de Majestades Católicas. Los recién proclamados Reyes de España ya son dignos beneficiarios del título de Católicas Majestades. Todo por obra y gracia del cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. El mismo que hace diez años casó al entonces heredero don Felipe de Borbón y Grecia con la exreportera Letizia Ortiz en la madrileña Catedral de La Almudena.

Quizá para contentar al sector más conservador de cuantos apoyan a una monarquía que lleva este singular título desde que en 1496 se lo concedió a los Reyes Católicos el papa Alejandro VI -de ahí el nombre-, don Felipe y doña Letizia han querido cumplir con la tradición regia. A los pocos días de ser entronizados por las Cortes Generales, ambos han acudido a una Misa solemne pero privada en la capilla del Palacio de la Zarzuela. Misa de Corpus Christi en compañía de don Juan Carlos y Doña Sofía, según fuentes de Casa Real se han encargado de airear para después negarse a dar más detalle.

De lo poco que se ha sabido de una celebración que en tiempos adquiría el máximo boato y notoriedad, también concelebró la ceremonia religiosa el arzobispo castrense español, Juan del Río. En atención, dicen los entendidos, a la condición de jefe supremo de los Ejércitos del ya Rey Católico de España. Entre otros muchos títulos.

Las mismas fuentes que se han encargado de airear la ceremonia no han perdido ocasión para recordar que el primer viaje del monarca y su esposa será al Vaticano, para encontrarse con el papa Francisco el próximo lunes 30 de junio. El Pontífice confirmará las bendiciones que ya se ha encargado de pedirles monseñor Rouco. De este encuentro, con toda seguridad, sí que habrá fotos. Las primeras de los Reyes ante una cruz más grande que aquella que casi imperceptiblemente remata la corona ante la que juró su cargo. Sin presencia de Biblia. En aras, se ha explicado también hasta la saciedad, de la aconfesionalidad del Estado.

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