Algunos avezados empresarios del sector de la construcción español, están un poco hartos de que se relacione su actividad con el ladrillo, ese ‘paralelepípedo poligonal de cerámica cocida’ al que se considera dueño y señor del modelo económico español que se basa en él y en los trabajos que proporciona a ejércitos de peones sin cualificación. En estos sectores se explica que la construcción, más ahora que nunca, exige el uso de la tecnología más avanzada y la combinación del arte de los arquitectos con la precisión de los ingenieros para adaptar los usos de este sector al momento en que vivimos. Y realizar las obras de infraestructuras necesarias sin destrozar el medio ambiente.
Más aún, aseguran, en muchas partes del mundo, incluso en países como Brasil que empiezan a ser considerados como potencias económicas emergentes hay un déficit habitacional galopante que debe resolverse. Moraleja. La construcción no es una actividad del pasado, es, probablemente una de las actividades del futuro.
