Opinión

Una especie de nuevo Gobierno para el mundo globalizado

La catástrofe parece haber impulsado algunas iniciativas. Tímidas pero con significación. Como el hecho de que el G20 ampliado se haya convertido en lo más parecido a un gobierno mundial que hemos conocido hasta ahora. Un exclusivo club, en el que figuran los países del viejo G8, con EEUU a la cabeza, los flamantes poderes emergentes, con especial significación de China y Brasil, la UE con personalidad propia y algunos invitados ocasionales, como España, que luchan por conseguir que el asiento sea permanente.

Desde este ámbito han emanado algunas iniciativas comunes, lo suficientemente ambiguas en su enunciado para que todos se comprometan. Asuntos como reforzar la transparencia de los mercados financieros, mantener los estímulos a la economía o poner límites a los sueldos de los banqueros, en los que es difícil discrepar y más aún si no hay un calendario ni unos requerimientos mínimos de obligado cumplimiento.

Más información