Opinión

El que la sigue la consigue

Pues, sí, es verdad: el que la sigue la consigue, el que resiste gana, y el que insiste aprueba. Que ningún estudiante se deprima si le cae un cate, o dos, o tres… Todo tiene arreglo. Es cuestión mayormente de paciencia. Cha Sa-soon, una buena señora surcoreana, constante y persistente como ella sola, suspendió 949 veces el examen teórico para obtener el permiso de conducir. Novecientas cuarenta y nueve veces, ni una más ni una menos, pero a la 950, superó la prueba que tanto se le resistía. Por los pelos, también hay que decirlo, pero la superó que es de lo que se trataba. Llevaba ya varios años en el empeño y cerca de seis mil euros gastados, cifra que en wones coreanos equivale a una millonada, pero tiempo y dinero los da Cha por bien empleados una vez alcanzado el primer objetivo que tanto se le resistió.

Ahora vendrán las pruebas prácticas que con un poco de suerte espera superar antes de cumplir los setenta. Ya tiene sesenta y ocho así que tendrá que darse más prisa que con el aprendizaje teórico. Para ello, estimulada por el éxito que considera el no haber llegado a los mil intentos, ya se ha matriculado en una autoescuela donde recibirá clases intensivas.

Cha es, obvio resulta añadirlo, una mujer con voluntad fuerte, pero si en algún momento la adversidad hiciese flaquear su ánimo, ahí están sus cuatro hijos, amén de un montón de nietos, que la animan a perseverar sin desfallecimiento en el intento. El aprobado en el examen teórico ya lo celebraron por todo lo alto, pero nada comparado con lo que la unida familia prepara para el día en que se vea en la mano con el ansiado permiso de conducir y emprenda su primera experiencia al volante. Los vecinos, en cambio, lejos de compartir la euforia, asisten al nacimiento de la nueva conductora con cierta preocupación: algunos ponen oídos discretos y miran de reojo no vaya a ser que tan fausto momento les coja cruzando un paso de peatones.

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