Opinión

De descuento en descuento, hasta la gran deflación final

Hoy es un gran día para el sector minorista de EEUU. O por lo menos, tradicionalmente siempre lo ha sido. El ‘Black Friday’, el día después de la festividad de acción de gracias, la fiesta nacional de los descuentos. Lo malo es que esos descuentos habían emprendido una trayectoria en los últimos años que lindaba con el fraude. Lo mismo, por otra parte, que sucedía en la mayor parte de los sectores económicos estadounidenses, donde la crisis tenía que llegar y llegó.

Se rebajaban productos, pensados para las rebajas. Ya saben como es. Y sin el más mínimo respeto al cliente ni a las tradiciones centenarias se facturaba material defectuoso. Ahora, hasta The New York Times advierte en sus editoriales que es mejor no comprar en el ‘Black Friday’ porque lo que se oferta no merece la pena. Se trata de esperar hasta que, sin remedio, las tiendas se vean obligadas a aplicar de verdad las rebajas sobre sus productos si quieren vender un par de escobas.

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