Opinión

REBAJAS BLANCAS

Con las rebajas, tan esperadas por estas fechas de primeros de año, llegó la nieve, lo cual no deja de ser un destello de mala suerte para los clientes que siempre acaban montando el guirigay con predisposición audiovisual en los grandes almacenes. Esperar a que se abran las puertas de El Corte Inglés para abalanzarse los primeros en las mesas rebosantes de ofertas con los pies húmedos no deja de ser una putada que invita y predispone a una gripe, A, asiática, o vallecana, da igual. Comprar barato está bien pero resfriarse y romper a estornudar en el intento ya no lo tengo tan claro. Este año de crisis galopante las rebajas vienen bien a las economías domésticas, igual que la lluvia para los sembrados en tiempos de sequía. Hay muchas personas que han retrasado los Reyes por libre para comprar los regalos con descuentos que, si hacemos caso a la propaganda, están rondando el cincuenta por ciento Una barbaridad. ¿Quién no compra algo con unos precios así? El éxito de clientes, por achuchadas que estén las cuentas y extenuadas las tarjetas, está garantizado. Comprar en las rebajas es una inercia que rompe todas las cautelas de la austeridad vigente. Rige la ley del precio bajo, no la de la necesidad. La incógnita es sin duda la nieve que en las últimas horas se arremolinaba entre los tejados. Quizás el frío de imitación polar invite a los peatones a cobijarse en los pasillos caldeados de las tiendas y ojear de paso las ofertas o, por el contrario, inhiba a los compradores compulsivos de salir de casa que, no nos engañemos, sigue siendo donde mejor se está. Salir de rebajas agobiados por los copos, con el pelo prematuramente emblanquecido y en anorak chorreando, implica mucho voluntarismo. Pero, ya digo, como contrapartida está la tentación, con cierto tic de inconfesable venganza, de llevarse como trofeo una bolsa repleta de trapos o enseres a mitad de precio aparte la sensación de haber contribuido a arruinar la cuenta de resultados de unos negocios que en tiempo de bonanza se inflan a ganar dinero.

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