Opinión

La supervisión financiera y las elecciones de 2010 en EEUU

Cuando Emilio Botín, presidente del Banco Santander, acaba de volver a adelantar a sus rivales y colegas buscando captar pasivo, con una oferta de depósitos remunerados al 4% durante un año, el sistema financiero internacional parece cada vez más ensimismado y más concentrado en conseguir el único objetivo que cuenta: mantener su estatus actual con la menor cantidad de mutaciones. No es, desde luego, una novedad y ya nos hemos hecho eco en estas páginas varias veces de ese empeño demostrado por los altos ejecutivos bancarios internacionales de cambiar lo menos posible para que todo continúe igual.

Pero ese deseo choca con otra realidad también tozuda en un año como este, electoral en EEUU, en el que algunos legisladores tendrán que enfrentarse a sus responsabilidades y renovar su escaño en las urnas. Al final, resulta difícil mantener eternamente el mecanismo de recurrir a las ayudas públicas cada vez que las entidades financieras cometen algún desaguisado.

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