En estos primeros días de abril se han producido unas interesantes noticias relacionadas con la ciencia y la economía cubana que, prácticamente, han pasado casi desapercibidas. Tal vez porque la atención informativa se concentra en asuntos políticos de gran calado o, tal vez, porque algunas historias de éxito no se promocionan tanto como se debería para evitar ciertas preguntas que no resultarían fáciles de responder.
Y, en está línea difusa se mueve Agustín Lage, prestigioso oncólogo cubano que tiene la mala suerte de ser hermano de Carlos Lage, el antiguo zar económico del Gobierno cubano defenestrado hace ahora un año. Agustín Lage acaba de recibir una condecoración del Gobierno chino, el más alto honor que se otorga a los científicos internacionales, por su contribución a la lucha contra el cáncer en el gran país asiático. Esa contribución está relacionada con las investigaciones realizadas por este doctor y su equipo en el Centro de Inmunología Molecular (CIM) cuya presidencia conserva y que gracias a su gestión se ha convertido en una gran referencia mundial de su sector.
