Opinión

Raúl Castro y la repetición de estrategias fracasadas

Pasan las semanas y continúa sin apreciarse ningún avance en la situación económica de Cuba, que se mantiene inmersa en una deriva irrefrenable hacia el deterioro continuo. Este proceso, que deja muy poco espacio para el optimismo de cualquier clase, influye en una sociedad cada vez más deprimida y desanimada, un fenómeno apreciable en todo el territorio y, muy especialmente, en el entorno de la capital del país, La Habana, y sus alrededores. Y no parece, que la respuesta adecuada sea incidir, por enésima vez, en las estrategias que ya fracasaron.

Se habla de que Raúl busca culpables y ha iniciado una nueva supervisión de los supervisores de lo ya supervisado. El problema parece ser otro, puesto que el resultado obtenido por las acciones realizadas en este sentido ha sido nulo. Ni han atajado el descontrol contable, ni han impulsado la economía. La realidad es tozuda y muestra que los salarios son demasiado bajos incluso en función de la limitada oferta legal de productos. Para algunos observadores irónicos los hurtos a pequeña escala son un sistema casi lógico de reasignación de recursos.

Más información