Opinión

Un problema actuarial muy difícil de solucionar

La coyuntura negativa de los mercados financieros dibuja escenarios complicados. En todo el mundo, el patrimonio gestionado por los fondos de pensiones de capitalización individual debería haber aumentado un 80% en la última década, a tenor de las estimaciones conservadoras que prevén una rentabilidad anual del 8% para los activos invertidos en las compañías del S&P 500, por ejemplo, que se revaloriza de media un 16% al año desde su lanzamiento. Pero no ha sido así. Por el contrario, el balance de estos últimos diez años está muy lejos de ese dato.

En realidad, el patrimonio gestionado ha descendido un 10%. Quizá porque hablamos de un periodo histórico irrepetible, o no, en que los mercados han estado llenos de burbujas que han estallado sucesivamente, volatilidades variadas y marcados por el abuso de los derivados, esos productos que nacieron como coberturas para limitar, e incluso exterminar, el riesgo de las inversiones.

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