Los dirigentes del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha definido como un asunto prioritario para la política económica global la lucha contra el desempleo. Un claro eufemismo de los técnicos del organismo multilateral que prefieren utilizar ese tipo de frases a explicar con claridad que mientras no se restablezca el empleo, difícilmente se podrá dar por finalizada la actual situación negativa con independencia de que vuelvan a aumentar los productos interiores brutos de algunos países.
El problema tiene además un marcado color local para nosotros puesto que España y EEUU son los dos países del mundo en los que se han producido más pérdidas de puestos de trabajo y acumulan casi un tercio del total de los 30 millones de nuevos parados que ha traído la crisis. El horizonte de la recuperación de los mercados laborales no está cerca ni va a producirse por efecto de reformas legislativas que no van a tener un efecto de revulsivo inmediato.
