Opinión

La deuda de alta rentabilidad vuelve a estar de moda

Los bonos basura han vuelto y van a quedarse una temporada entre nosotros, según parecen creer algunos analistas. Ya se sabe que en los ambientes financieros estadounidenses y británicos se prefiere denominar a este papel, muchas veces peligroso, con el nombre más inofensivo de deuda de alta rentabilidad. Pero el eufemismo no altera la percepción del posible peligro en ciernes con el que algunos viejos conocedores de las chapuzas financieras observan las nuevas cantidades récords de estas ofertas de inversión que aparecen en los mercados y su actual capacidad para captar dinero. En octubre, los bonos de alto rendimiento denominados en euros han recaudado más de 7.000 millones de euros, por lo visto.

En dólares sería otro tanto. Son cantidades que no se recuerdan desde 2006, justo el momento más alto de la euforia financiera previa al máximo desastre, cuando nadie sabía, aparentemente, lo que estaba a punto de pasar. Y, eso es lo peor, que casi siempre, por lo menos hasta ahora, la exuberancia de la deuda de alto rendimiento ha resultado ser un anuncio previo a alguna hecatombe. Sin embargo, es probable que esta vez no se confirme la regla. ¿O sí?

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