El pasado domingo, el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) publicó su Informe sobre la Evolución del Negocio Bancario en el segundo trimestre de este año. Un trabajo en el que se muestran los datos detallados de la exposición crediticia de la banca internacional y en el que, por primera vez, la entidad que agrupa a los principales supervisores bancarios del mundo incluyen una estimación sobre el volumen de las áreas de penumbra del negocio bancario que representan las operaciones con derivados.
Según estas cifras, parece evidente que las posiciones de las entidades financieras españolas en estos mercados son mucho más reducidas que las de su competencia, quizá por las distintas característica de su negocio. Para las entidades especializadas en la banca minorista, las mayoría de las operaciones están bien soportadas, no hay colaterales evanescentes. Hablamos de hipotecas, de unas hipotecas además en las que el deudor permanece como tal, mientras no pague el préstamo.
