Opinión

En hoteles no todo está inventado

Llegó el verano. Es época de vacaciones y a la hora de elegir un hotel la mayoría de los mortales busca tranquilidad. Para lograr que los ruidos nocturnos dejen de ser un problema, la cadena hotelera Crowne Plaza probará en varios de sus establecimientos habitaciones ‘antirronquidos’, en las que todo está diseñado para absorber el sonido. Muros insonorizados que absorben las bajas frecuencias, un cabecero de cama que capta los sonidos, un cojín que impide dormir boca arriba, una almohada que crea un campo magnético que favorezca la apertura de las vías respiratorias y una máquina de sonido blanco para reducir el ruido del murmullo. El hotel de la cadena en París será el primero en contar con una de estas habitaciones. Pero no será el único, ya que Crowne Plaza prepara extenderlo a otros nueve hoteles en Europa y Oriente Medio.

Pero si además de dormir a pierna suelta lo que quiere es pernoctar en un lugar fuera de la común, en la red se ofrecen alternativas de lo más curioso. Un ejemplo es el Undersea Lodge, en EEUU que se localiza a seis metros bajo el agua y en el que hay que bucear para poder entrar, o el Eve’s Garden, un hotel de Papel en Texas. El boliviano Luna Salada, permite hacer noche en habitaciones hecha completamente de sal y para los golosos hay disponible una habitación de chocolate en el parisino hotel La Réserve. Para los amantes de las emociones fuertes en el berlinés Propeller Island City Lodge se puede echar una cabezadita en un ataúd, aunque quizá el más apetecible, con los calores que estamos padeciendo, sea el Ice Hotel de Quebec, totalmente realizado con hielo.

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